
3 DÍAS EN MARRAKECH

¿POR QUÉ VIAJAR A MARRAKECH?
Es fácil encontrar motivos para visitar Marrakech: es una ciudad llena de encanto, con palacios y mezquitas, coloridas callejuelas y una gastronomía deliciosa. Además, si escoges alojarte en un Riad, podrás sumergirte en la cultura y la arquitectura marroquíes y disfrutar de una experiencia auténtica en el centro de esta fascinante ciudad, todo por un precio muy razonable.
Marrakech es también un destino muy accesible, porque hay vuelos low cost directos desde muchas ciudades españolas y, si tienes flexibilidad de fechas, puedes conseguir muy buenas ofertas.

DOCUMENTACIÓN Y TRÁMITES PARA VIAJAR A MARRAKECH
PASAPORTE Y VISADO
Para entrar en Marruecos necesitarás pasaporte con validez durante toda la estancia en el país. La estancia máxima permitida para turistas es de 6 meses al año y no más de 90 días en cada período de 6 meses.
Los ciudadanos españoles no necesitan visado para entrar en Marruecos. Si quieres más información sobre los visados y los países que no lo necesitan visado para entrar en el país, puedes consultar la Web oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos.
VACUNAS
Para entrar en Marruecos no hay ninguna vacuna obligatoria, si quieres más información sobre las vacunas recomendadas, puedes pedir cita en tu Centro de Vacunación internacional más cercano en Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social (mscbs.gob.es).
En cuanto al COVID, aunque Marruecos mantuvo sus fronteras completamente cerradas durante muchos meses, las autoridades marroquíes han levantado ya todas las restricciones relacionadas con la pandemia de COVID-19.
Para conocer las recomendaciones de viaje para Marruecos, también puedes consultar la Web del Ministerio de Asuntos Exteriores en el siguiente link: Recomendaciones de viaje (exteriores.gob.es)
REGISTRO DE VIAJEROS
Realmente, este no es en absoluto un requisito obligatorio, pero siempre es una buena idea registrar tu itinerario en el Registro de Viajeros del Ministerio de Exteriores, especialmente si viajas a países o zonas más remotas. De esta manera, las autoridades españolas podrían localizar a los viajeros inscritos en caso de emergencia grave (desastre natural, conflicto armado, etc.). Puedes registrarte, gratuitamente, en la app o en la página Web MAUC Registro de viajeros (exteriores.gob.es).

INFORMACIÓN PRÁCTICA
¿ES SEGURO VIAJAR A MARRAKECH?
Marrakech es una ciudad completamente segura, al margen de las precauciones que hay que tomar en cualquier ciudad. Los riesgos más habituales suelen ser las picaduras de mosquitos o una gastroenteritis por consumir bebidas y alimentos sin cocinar. Para evitar esto, procura no beber agua sin embotellar, zumos o bebidas con hielos y comer en sitios que ofrezcan una mínima garantía de higiene.
Por si hubiera cualquier incidencia, siempre es buena idea contratar un seguro de viaje, en este caso nosotras escogimos Iati Escapadas, porque se adaptaba muy bien al estilo y duración del viaje.
¿CUAL ES LA MEJOR ÉPOCA PARA VIAJAR A MARRAKECH?
Por su clima, el mejor momento para viajar a Marrakech es en primavera y en otoño, cuando la temperatura es agradable, con máximas que rondan los 25°C y las mínimas unos 15°C.
En verano, en cambio, las temperaturas son tórridas: pueden superar los 40°C por lo que, si vas en esas fechas, prepárate para pasar mucho calor. Es muy difícil que llueva durante el verano pero sí que podría haber alguna tormenta de arena.
En invierno suele hacer bastante frío por la noche, con una media de 5°C. Durante el día las temperaturas son suaves y, aunque es un clima desértico, en esta época es más probable que llueva.
Por supuesto, últimamente con el clima nunca se sabe. Nosotras viajamos en octubre, porque es nuestra fecha habitual para estas escapadas y, sin embargo, coincidió con una ola de calor que parecía verano.
MONEDA EN MARRAKECH
La moneda nacional es el dirham (MAD), que suele tener un cambio de 11 MAD por 1€ aproximadamente. Aunque en Marrakech no tendrás ningún problema en pagar con euros o dólares americanos, el cambio siempre va a ser peor, así que en general recomendaría pagar con dirhams. Sin embargo, en lugares como los Riads, el Euro se ha convertido en la moneda oficial, nosotras de hecho pagamos así nuestro alojamiento.
Para conseguir el mejor cambio, todo el mundo coincide en que hay que ir a la casa de cambio del hotel Ali. Suele haber bastante cola, pero va muy rápida. No piden pasaporte ni cobran comisión, así que no necesitas cambiar mucho dinero cada vez, sino que puedes ir cambiando según necesites y así calcular bien para que no te sobren demasiados dirhams. Además es muy céntrica, en la misma plaza Jemaa el-Fna.
Probablemente tampoco necesitarás cambiar mucho dinero, de momento los precios en Marrakech son muy baratos, los mayores gastos serán el vuelo y el hotel. Aun así, regatear es parte de la cultura de los zocos, no dudes en negociar el precio.
ENCHUFES
Los enchufes en Marruecos son de tipo C y F, habituales en Europa, con dos patillas redondas, tensión de 230 V y frecuencia de 50 Hz. Así que si vienes de España no necesitarás ningún adaptador especial.
ZONA HORARIA
La hora en Marrakech es GTM+1 durante todo el año, por lo que no hay diferencia de hora entre Marrakech y España durante el horario de invierno. En cambio, durante el horario de verano, hay una diferencia de una hora.
El horario comercial de Marrakech es muy amplio, aproximadamente de 9 de la mañana a 8 de la noche, aunque el horario de los zocos se suele alargar hasta tarde por la noche. Ten en cuenta que el viernes es el día sagrado para los musulmanes, así que algunos negocios puede que cierren o tengan un horario reducido ese día.
IDIOMA EN MARRAKECH
El idioma oficial de Marruecos es el árabe pero, debido al turismo, si hablas francés, inglés o español podrás comunicarte con gran parte de la población de Marrakech. Es muy fácil encontrar alguien que «chapurree» algo en español.
CONECTIVIDAD / INTERNET
Es fácil conseguir una tarjeta SIM en Marrakech, tanto en el aeropuerto como en tiendas y quioscos de la ciudad. Asegúrate de llevar el pasaporte, porque es muy probable que lo necesites para comprar la tarjeta.
En el aeropuerto, los paquetes que ofrecen son de 20GB (20€) o 30 GB (30€) así que, si vas a estar pocos días y prefieres algo más barato, puedes esperar a llegar al centro, donde podrás conseguir la tarjeta por 2€ y cargas más pequeñas: 3GB (3€), 5GB (5€), etc. Probablemente, en tu Riad sabrán indicarte donde encontrar la tienda más cercana.
Nosotras decidimos no comprar la SIM, porque íbamos a estar muy pocos días y la verdad es que nos apañamos muy bien, había WIFI en el aeropuerto, el Riad y prácticamente en todos los sitios que visitamos. Tal vez nos habría venido bien para orientarnos en el zoco, en el que teníamos cierta tendencia a perdernos, pero tampoco sé si hay cobertura en esas callejuelas.
¿QUÉ LLEVAR EN LA MALETA A MARRAKECH?
Teniendo en cuenta que íbamos a un país musulmán, tratamos de llevar ropa fresca y cómoda, pero que fuera discreta. Sin embargo, una vez ahí vimos que Marrakech es una ciudad muy tolerante y acostumbrada al turismo, con lo que se puede vestir como en cualquier ciudad europea.
OTROS DATOS DE INTERÉS
Se llama la ciudad roja por el color de sus casas que, por reglamento de la ciudad, deben ser de color ocre rojo, como el color de la tierra que la rodea.
La medina, que es el casco antiguo, es un laberinto de callejuelas estrechas y plazas llenas de vida y colorido, pero que pueden desorientar a cualquiera. Es irremediable perderse, pero eso también forma parte de la esencia de Marrakech, así que procura disfrutar mientras encuentras el camino.
Si cuando preguntas cómo llegar a una atracción turística te dicen que está cerrada por algún motivo, asegúrate de que eso es cierto, porque en algunas ocasiones solo lo dicen para intentar que vayas a otro sitio que, según ellos, es mucho mejor y, casualmente, es de su primo, hermano o algún otro familiar.
En caso de que quieras hacerte un tatuaje con henna, asegúrate de escoger la de color marrón porque la negra puede provocar alergia. Y procura tener cuidado en la plaza Jemaa el-Fna, porque hay algunas tatuadoras que te cogen una mano en un descuido y, en un momento, te encuentras con que te han pintado la mano con henna y te están pidiendo que pagues, y mucho, por el tatuaje.

¿QUÉ COMER EN MARRAKECH?
La cocina marroquí es, en mi opinión, realmente deliciosa, con mucho sabor y tradición, además de muy económica. A continuación, algunos de los platos principales que podrás encontrar en Marrakech:
- Tagine: este plato icónico de la cocina marroquí es un guiso cocinado en una olla de barro. Puede llevar cordero, pollo, pescado o verduras, cocinados con especias y a menudo acompañados de frutas secas.
- Cuscús: Otro plato fundamental, que consiste en sémola al vapor acompañada de carne y verduras en un caldo aromático.
- Pastela: son pasteles de hojaldre rellenos de carne de pollo, almendras y especias. Están cubiertos con azúcar glas y canela, lo que aporta una combinación única de dulce y salado.
- Harira: Una sopa espesa habitual durante el Ramadán. Lleva lentejas, tomates, carne, hierbas y especias y, en ocasiones, también fideos.
- Mechoui: Se trata de un cordero asado lentamente y sazonado con hierbas y especias. Es un plato popular en eventos y celebraciones.
- Briouats: Son rollos de hojaldre rellenos de una mezcla de carne, pollo, queso, mariscos o verduras, luego fritos hasta que estén dorados y crujientes.
- Zaalouk: Una ensalada de berenjenas cocidas y trituradas con tomates, pimientos, ajo y especias. Se suele servir como acompañamiento o como aperitivo con pan.
- Harcha: Un tipo de pan plano marroquí, hecho de sémola de maíz y cocido en una sartén. Se puede comer como acompañamiento o incluso como desayuno.
- Té de menta: Es una parte esencial de la cultura marroquí. Es un té verde fuerte con hojas de menta fresca y azúcar, servido en pequeños vasos. ¡Totalmente adictivo!

DIARIO DE VIAJE ¿QUÉ HACER EN MARRAKECH?
TRES DÍAS EN MARRAKECH - EL VIAJE
Marrakech era un destino que, por un motivo o por otro, entre ellos una pandemia mundial, no acababa de salir adelante. Pero por fin conseguí que se alinearan los astros y la ciudad roja se convirtió en el destino de la escapada anual con mis amigas. En estas escapadas, la mitad de la diversión está en planear juntas el viaje. Así que, después de varias quedadas, muchas risas e incontables WhatsApps, por fin había llegado el momento de empezar nuestro viaje a Marrakech.
Nuestro viaje empezó en coche, camino a Santander, que es de donde salía nuestro vuelo con Ryanair. Habíamos hecho una reserva online para el parking de larga estancia del aeropuerto de Santander (https://www.parkvia.com), porque por 26€ podíamos dejarlo desde el viernes hasta la vuelta el lunes. Cuando llegamos, no teníamos muy claro donde debíamos dejar el coche, así que preguntamos en una caseta a las encargadas del parking, y nos contaron – con muy poco entusiasmo – que solo hay que aparcarlo y después validar el ticket en la máquina. Ojo que hay que guardar el ticket hasta la vuelta, para poder validar la salida del parking.
Estábamos preocupadas porque en la reserva online hay que indicar la hora de inicio y de fin del uso del parking, pero nunca se sabe si el avión va a tener retrasos. Nos tranquilizaron diciendo que hay una cierta holgura, un par de horas más o menos, para usar el ticket en la salida.
Ryanair tiene vuelos desde varias ciudades de España y puede salir bastante barato si no escoges ningún extra (reservar asiento, maleta facturada, embarque prioritario… esos pequeños lujos). Siempre intentamos mantener los gastos al mínimo en estos viajes, así que no escogimos ningún extra y nos resignamos a llevar una mochila de cabina por todo equipaje. Claro que la estrategia de esta aerolínea es intentar, por todos los medios, que pagues por reservar el asiento y, si no lo haces, se asegura de que los grupos se separen durante la asignación gratuita. Así que, efectivamente, cuando embarcamos nos tocó a cada una en una punta, pero en cuanto despegamos, medio avión se dedicó a hacer cambalache para sentarse cada oveja con su pareja.
En poco más de dos horas ya habíamos llegado al aeropuerto de Marrakech, que nos sorprendió muy gratamente, porque es nuevo y muy bonito. Si tienes intención de comprar una tarjeta SIM puedes hacerlo ahí mismo, porque hay tres stands de telefonía. Nosotras no compramos porque íbamos a estar muy pocos días y, realmente, había WIFI en el aeropuerto, en el Riad y la mayoría de restaurantes. También tienes la opción de esperar a comprarlo en el centro, donde te ofrecerán un paquete de datos más barato que en el aeropuerto.
También se puede cambiar dinero o sacar en cajero en el aeropuerto, pero no nos hizo falta porque llevábamos algunos dirhams de un viaje anterior. Así evitamos cambiar dinero en el aeropuerto, que es donde, históricamente, suelen dar el peor cambio. Sí que cambiamos más tarde en el hotel Ali que, además de tener el mejor cambio, tiene un horario muy amplio, de hecho, estaba abierto cuando fuimos esa noche a las 23.30.
Habíamos reservado con nuestro Riad el traslado desde el aeropuerto, 30€ por las seis. Recomiendo llevarlo contratarlo con el alojamiento, porque los vehículos solo pueden llegar hasta la plaza des Ferblantiers. Ahí estaba esperando una persona, con un carrito para las maletas, para acompañarnos hasta el hotel por una pequeña propina. Nos vino muy bien, porque las callejuelas son un laberinto, si llegamos a intentar llegar solas al Riad todavía seguiríamos ahí dando vueltas.
Nuestro alojamiento era el Hotel Riad Manissa, que nos gustó muchísimo, es realmente precioso y con un personal encantador. No hablaban mucho castellano pero nos entendimos en una mezcla de castellano, inglés y francés. Una vez instaladas, nos fuimos a la Plaza Jemaa el-Fna a cambiar dinero en el hotel Ali y a cenar. Nos gustó además nuestro Riad porque está en una zona tranquila, pero a solo cinco minutos andando de la plaza, que es el centro neurálgico de la ciudad.
Ya con dinerito fresco en nuestros bolsillos, nos fuimos a cenar al restaurante Toubkal, en una esquina de la plaza cerca del Riad. Estábamos cansadas, y aunque lo escogimos sin dar muchas vueltas, fue todo un acierto porque estaba en la zona más tranquila de la plaza y, sobre todo, porque nos encantó la comida (todavía recuerdo mi tajín de carne con ciruelas… ¡espectacular!). Además, el encargado hablaba castellano a la perfección porque, según nos contó, era medio navarro.
DÍA 1 EN MARRAKECH - FREE TOUR Y PLAZA JEMMAA-EL-FNA
Cuando nos despertamos en nuestro precioso Riad, al día siguiente, nos sirvieron un estupendo desayuno en la mesa, que ya estaba preparada para nosotras cuando bajamos a desayunar.
Tuvimos que darnos prisa con el desayuno, porque teníamos reservado con Civitatis un free tour de 4 horas que empezaba a las 9.30. Así que, en cuanto terminamos, fuimos al punto de encuentro en el hotel Ali, que está muy cerca de nuestro céntrico Riad. Parece que todos los tours salen del hotel Ali, porque había mucha gente esperando, mientras los guías nos iban llamando para organizarnos en cada grupo.
Nuestra guía, Ghazal, que al principio parecía muy seria, resultó ser muy graciosa y consiguió que el tour fuera muy entretenido. Nos contó muchas anécdotas sobre la cultura marroquí, como cuando las amas de casa salen a comprar el pan, que lo tienen que esconder debajo de la ropa, para que no las tachen de holgazanas por no cocerlo ellas mismas en casa.
Durante el tour visitamos los principales atractivos de Marrakech, como la Mezquita Koutobia, la puerta Bab Agnaou (una de las 19 puertas de la muralla) y Mellah (el barrio judío nuevo). Al mediodía, aprovechando que había menos gente, entramos en el palacio Bahía, donde había que pagar entrada (70 MAD).
Por supuesto, como todo tour organizado que se precie, incluía una visita a una tienda, en este caso un herbolario, donde nos dieron una charla sobre las maravillas de sus productos. Aun sabiendo que estábamos cayendo en la trampa, acabamos comprando unas cuantas cosas que, en ese momento, nos parecieron absolutamente imprescindibles. Todavía tengo rondando por casa esas compras esperando que las utilice, cualquier día de estos…
Tanta compra nos había dado hambre, así que buscamos algún sitio para comer. Habíamos visto buenas opiniones sobre el restaurante Le Salama, así que fuimos a echar un vistazo. Es verdad que tenía muy buena pinta, pero al final nos decidimos por otro de la zona, no solo más barato, sino también más tradicional: el restaurante Titrite. Comimos en una mesita en el exterior y nos gustó bastante la comida, por la que pagamos 590 MAD. De postre nos invitaron a pastelitos y té de menta bien escanciado, resulta todo un espectáculo ver como lo sirven.
Después de comer, pasamos por la habitación a refrescarnos y dejar nuestras compras del herbolario. Aprovechando que teníamos WIFI, reservamos las entradas del Jardin Majorelle para el día siguiente (www.jardinmajorelle.com). Una vez reservadas, volvimos a lanzarnos a recorrer Marrakech e intentamos visitar el Jardín Secreto. Y digo intentamos porque nos perdimos de mala manera… Según la guía que llevábamos, el jardín estaba en las afueras, cuando realmente está dentro de la Medina. Después de unas cuantas vueltas por fin lo encontramos, pero eran ya las 18.30 y cierra a las 18.00. En su lugar dimos una vuelta por el zoco, que a mí personalmente me gustó mucho, más que el de Estambul, más aireado y no agobiaban tanto los vendedores para que compráramos en sus tiendas. Eso sí, hay que estar atenta a las motos, que pasan constantemente por las callejuelas.
Al atardecer, queríamos ir a alguna de las terrazas de la plaza Jemmaa-el-Fna para ver desde ahí el ambiente nocturno y, como habíamos leído buenas críticas, escogimos el Café Glacier. Las vistas de la terraza eran espectaculares, pero hubo varias cosas que no nos gustaron. La planta de abajo tenía un cierto encanto colonial, pero han convertido la terraza en algo más parecido a un supermercado, incluso hay que pasar por un torno para entrar, así se aseguran de que compres algo antes de sentarte.
La oferta de bebidas, además, era limitadísima: solo alguna lata de refresco, botellines de agua y vasitos de té ya servidos, que al final se quedan fríos. Como remate, para ir al baño había que pagar aparte. El Café de Francia y el Café Argana también son famosos por sus terrazas para ver el anochecer en la plaza, nosotras no estuvimos, tal vez son más acogedores que el Café Glacier.
Ya era la hora de cenar y nos estaba costando un poco elegir restaurante, así que nos dejamos engatusar y escogimos uno de los puestos de la plaza, en concreto el número 13. A diferencia del resto de restaurantes que probamos, no nos gustó mucho la experiencia. Mira que es de primero de viajera y deberíamos haberlo imaginado, pero la noche marroquí y la labia del camarero nos confundieron. Una vez sentadas ya, cambió la cosa y el camarero nos ponía mala cara si no pedíamos lo que él quería, los precios estaban poco claros y desde luego la comida era de mala calidad y mal cocinada. Nos costó 345 MAD por las seis.
DÍA 2 EN MARRAKECH - LA MAMOUNIA Y JARDÍN MAJORELLE
El domingo nos levantamos prontito para volver a recorrer, con más tranquilidad, algunas de las zonas que habíamos visto durante el tour, como el barrio de Mellah. Todo un acierto, porque pronto por la mañana no había apenas nadie y fue un paseo muy agradable. Después volvimos al mercado, ahí no sacamos fotos porque nos había comentado la guía que no les gusta, y a la puerta Bab Agnaou, donde, ahí sí, nos sacamos unos cuantos cientos de fotos. Nos planteamos visitar las tumbas saadies pero, después de una democrática votación en la que salí perdiendo, al final decidimos no entrar, porque nos habían comentado que hay que hacer mucha cola para asomarte solo un momento. Aun así, me dio pena no verlas, quedan pendientes para el próximo viaje a Marrakech.
Donde sí que queríamos entrar sin falta era en el Hotel La Mamounia, pero cuando llegamos nos dijeron que hasta las 11.00 no se podía entrar a visitar, así que decidimos ir andando hasta Menara Gardens para hacer tiempo. Es un paseo largo y agradable, pero desde luego no es imprescindible si vas justo de tiempo. Sí que nos pareció el sitio perfecto para ir a correr, así que si eres de los que necesitan hacer ejercicio incluso de vacaciones, este paseo es perfecto.
La entrada de Menara Gardens es gratuita y se trata tan solo de un pabellón y un gran estanque. Entre los olivos, también había algunas mesitas para comer o tomar algo, pero no nos resultaron muy atrayentes. Por la mañana daba el sol de frente por lo que no pudimos sacar muy buenas fotos, es probable que si vas al atardecer queden mejor.
Para volver hasta La Mamounia pedimos dos taxis, que nos costaron 20MAD en total. Cuando llegamos, otro de los vigilantes no nos quería dejar entrar porque era domingo y, según decía, solo se puede visitar de lunes a viernes. Nos dio la sensación de que dejan entrar o no según les parece, pero al final conseguimos convencerle y nos dejaron entrar, pero en dos grupos, en lugar de las seis a la vez. Nos habían pedido que no estuviéramos mucho tiempo, así que fuimos casi corriendo de un sitio a otro para intentar verlo todo y no hacer esperar a las demás.
A pesar de las prisas, pudimos comprobar que el hotel es realmente espectacular, con jardines, fuentes, cafés al aire libre… como un pequeño oasis. Si no te puedes permitir el capricho de alojarte aquí, como era nuestro caso, sí que te recomendaría al menos entrar a visitarlo o a tomar algo.
Después de La Mamounia, volvimos a visitar la Mezquita Koutobia y, desafiando a todas las recomendaciones sobre el agua y el hielo, nos tomamos un zumo recién hecho en la plaza, que nos supo a gloria. Eso sí, nos devolvieron mal los cambios y no nos dimos cuenta hasta después, con lo que se quedaron con 40 MAD de más. Tampoco era una gran pérdida, así que no le dimos ninguna importancia, pero hay que estar atenta a los cambios en los puestos de la plaza.
Dando un paseo por el zoco llegamos hasta La Madrasa, otro de los edificios icónicos de Marrakech.
También en el interior del zoco, por fin encontramos el famoso Jardín secreto, que tantas vueltas nos había hecho dar el día anterior. La entrada son 80 MAD por persona y, aunque es muy bonito, también es bastante pequeño para lo que cobran de la entrada, tal vez algo desproporcionado. Sí que es cierto que es un pequeño remanso de paz dentro del bullicio de los alrededores y tiene una terraza con vistas muy agradable para tomar algo.
Aprovechando que está muy cerca del Jardín Secreto, nos fuimos a comer a Atay Café, Nos encantó el sitio, totalmente recomendable: tiene una terraza chulísima, muy instagrameable, y la comida estaba muy buena. Incluso tenía enchufes para poder cargar los móviles en los asientos. El precio también fue razonable, 800 MAD por las seis.
Teníamos reserva a las 17.00 para visitar el Jardin Majorelle, así que pedimos un taxi para llegar allí. Tuvimos que negociar porque al principio nos pedían 100 MAD por el trayecto, pero conseguimos bajarlo a 70 MAD. Nos encantó el jardín, es precioso y con mucho colorido: el color azul intenso contrasta con la vegetación del jardín botánico, creando un efecto muy vistoso. De nuevo sacamos miles de fotos y nos fuimos a las 18.00, que es cuando cierra.
En la salida del jardín Majorelle hay una parada de taxis y, después de negociar hasta los 70 MAD del viaje de ida, nos fuimos a la Mezquita Koutobia. Queríamos una terraza por la zona para ver la puesta de sol y nos decidimos por la Terraza Le Markech. Nos gustó el sitio, moderno y decorado con Vespas, no se llega a ver directamente la puesta de sol, pero sí que tiene buenas vistas, con la mezquita justo enfrente. Ahí nos tomamos unas cervecitas, por 50 MAD cada una.
Después de las cervezas, dimos un paseo por la concurrida calle Prince, que es una de las zonas de tiendas, pero no vimos nada interesante para comprar. Ya era hora de cenar y decidimos probar el restaurante La Cantine des Gazelles, que nos quedaba muy cerca. Habíamos leído muy buenas críticas y no nos defraudó: nos gustó mucho, especialmente el tagine, que algunas calificaron como el mejor de todo Marrakech.
DÍA 3 EN MARRAKECH - ZOCO Y PLAZA DE LAS ESPECIAS
Al día siguiente, lunes, ya teníamos que volver a casa, pero todavía nos quedaba la mañana antes de coger el avión. Aprovechamos para dar una última vuelta por el zoco y así comprar algún souvenir, después del regateo de rigor. Pasamos también por la plaza de las especias, donde nos tomamos un té en el restaurante Mazar.
Nuestro avión salía a las 15.00, justo a la hora de comer, por lo que decidimos encargar unas pastelas para llevar en Toubkal, que nos quedaba cerca del hotel y nos había gustado la primera noche. Mientras las preparaban pedimos café, el primero del viaje, y según comentaron, estaba riquísimo. Yo seguí fiel a mi té de menta y, con mucha pena, me tomé el último del viaje. Pagamos 275 MAD por todo.
Ya con la comida preparada, nos pasamos por el Riad a recoger las mochilas y las tarjetas de embarque, que Youssef, el encantador empleado del Riad, había ido a imprimir para nosotras. Como ya sabíamos el camino, fuimos andando a la plaza des Ferblantieurs, donde nos recogió el coche contratado para llevarnos al aeropuerto.
Una vez en el aeropuerto, hay un primer escáner en la entrada pero no es de líquidos, así que no hay que deshacerse todavía de las botellas. Después, muy importante, hay que pasar por los mostradores para que sellen las tarjetas de embarque, incluso aunque no factures.
Había bastante cola para pasar inmigración, pero por suerte no nos llevó mucho tiempo. Mientras esperábamos a nuestro vuelo, dimos una vuelta por las tiendas del duty free que, en línea con el moderno aeropuerto, eran muy glamurosas. Si quieres hacer alguna compra y te ha sobrado algún MAD, puedes comprar artesanía hasta 250MAD, a partir de ese importe hay que pagarlo con EUR o USD.
Ya en el avión, en cuanto despegamos volvimos a empezar con el baile de asientos hasta que pudimos reagruparnos. Y cuando fuimos a salir del parking de Santander pudimos validar nuestro ticket, menos mal, porque efectivamente nos habíamos pasado un rato de la hora de la reserva.
Volvimos todas encantadas con nuestro viaje a Marrakech, nos había gustado todo: su gente, su comida, la ciudad… Todas con el firme propósito de volver y quedarnos unos días más y así, tal vez, volver con algo de arena del desierto en la maleta.

EXCURSIONES
Nuestro viaje a Marrakech era una escapada corta, así que no tuvimos tiempo para hacer ninguna visita fuera de la ciudad. Si tienes la suerte de tener algún día extra, estas son algunas de las excursiones más conocidas y que tienen bastante buena pinta:
- Excursión al palmeral de Marrakech: un oasis de palmeras y huertos que se extiende por varios kilómetros. Puedes recorrerlo a pie, en bicicleta, en camello o incluso en quad o buggy. Si te quedas hasta el atardecer disfrutarás de un espectáculo de colores mientras el sol se pone detrás de las palmeras.
- Excursión a las Cascadas de Ouzoud: es uno de los destinos naturales más populares de Marruecos, a unos 150 km al noreste de Marrakech, donde puedes disfrutar de las vistas de las cascadas, nadar en las piscinas naturales o hacer senderismo.
- Excursión a Essaouira: esta encantadora ciudad costera está a unas dos horas y media de Marrakech y es conocida por sus playas, su casco antiguo con influencias portuguesas y su animado puerto pesquero.
- Excursión al valle de Ait Ben Haddou y Ouarzazate: Ait Ben Haddou es una kasbah (ciudad fortificada) de barro y adobe declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Ouarzazate es conocida como la «Puerta del Desierto» y ha sido escenario de numerosas películas y series de televisión.
- Excursión al desierto: donde podrás disfrutar de actividades como paseos en camello, sandboarding en las dunas, cenar bajo las estrellas y pasar la noche en un campamento bereber. Hay varias opciones dependiendo del tiempo que tengas disponible y el tipo de experiencia desértica que estés buscando:
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- Desierto de Agafay: Aunque no es el Sahara propiamente dicho, es el desierto más próximo a Marrakech, tan solo a una hora en coche. Así que, si no dispones de mucho tiempo, es una buena opción, pero hay que tener en cuenta que se trata de un desierto rocoso sin dunas. Las actividades suelen incluir paseos en quad, paseos en camello y acampar en tiendas de campaña tipo bereber.
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- Desierto de Zagora: este desierto está a unas 7 horas en coche de Marrakech, por lo que será necesario pasar un mínimo de una noche. El paisaje de Zagora incluye palmerales y el comienzo del desierto del Sahara, con pequeñas dunas. Aquí podrás dar paseos en camello, acampar en un campamento entre las dunas y visitar kasbahs en el camino.
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- Desierto de Merzouga: está a 570 Kms de Marrakech, casi 9 horas de viaje, por lo que hacen falta un mínimo de 2 noches. Este desierto es famoso por sus grandes dunas de arena, con enormes crestas de hasta 150 metros de altura, y amplias extensiones desérticas. Esta es la opción ideal si deseas una experiencia más auténtica del desierto del Sahara. Aquí podrás hacer paseos en camello más largos, ver amaneceres y atardeceres impresionantes sobre las dunas y acampar en campamentos tradicionales en el desierto.