QUÉ VER EN TRES DÍAS EN PRAGA

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¿POR QUÉ VIAJAR A PRAGA?

Praga es un gran museo al aire libre, en el que encontrarás impresionantes monumentos, castillos, torres, esculturas y preciosas calles empedradas. Aunque pueda parecer que es una ciudad pequeña que se puede ver en poco tiempo, hay tanto que hacer y ver en Praga que todo el tiempo planificado se queda corto.

Por suerte, casi todas las atracciones turísticas están muy cerca y se puede recorrer la ciudad fácilmente andando, de hecho, es un placer pasear por sus callejuelas. De todas maneras, no tendrás que caminar si no quieres, porque su sistema de transporte es excelente y fácil de usar.

Praga, además, tiene una gran oferta cultural: gracias a su tradición musical, es fácil encontrar eventos musicales en escenarios históricos y por muy buen precio. También podrás encontrar muchas esculturas repartidas por toda la ciudad, tan especiales que te garantizo que no te dejarán indiferente.

Otra gran ventaja de viajar a Praga es que, en cuanto a precios, es una ciudad barata, si la comparamos con otras ciudades europeas. Además de oferta musical, también podrás encontrar alojamientos y restaurantes a un precio más que razonable.

pasaporte

DOCUMENTACIÓN Y TRÁMITES PARA VIAJAR A PRAGA

PASAPORTE Y VISADO

Si eres ciudadano de la Unión Europea (UE) no necesitarás visado para viajar a la República Checa, tan solo tendrás que llevar el pasaporte o DNI en vigor.

Muchos otros países tampoco necesitan visado para estancias de corta duración, generalmente de hasta 90 días. Para verificar si necesitas un visado antes de viajar a la República Checa, puedes consultar el sitio web oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de tu país.

VACUNAS

Los ciudadanos de la Unión Europea tienen derecho a atención médica en la República Checa, gracias a la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE), que hay que solicitar en la Seguridad Social antes del viaje.

Sin embargo, ten en cuenta que la TSE no siempre garantiza que la atención médica sea completamente gratuita: puede que los servicios médicos estén sujetos a tarifas y copagos. Por eso, siempre es recomendable contratar un seguro de viaje que cubra ante cualquier eventualidad. Yo, personalmente, suelo contratar el seguro de IATI; en el caso de Praga escogimos la póliza IATI Escapadas.

En cuanto a vacunas, no hay ninguna obligatoria para viajar a la República Checa.

REGISTRO DE VIAJEROS

Realmente, este no es en absoluto un requisito obligatorio, pero siempre es una buena idea registrar nuestro itinerario en el Registro de Viajeros del Ministerio de Exteriores, especialmente si viajamos a países o zonas más remotas. Así, las autoridades españolas puedan localizar a los viajeros inscritos en caso de emergencia grave (desastre natural, conflicto armado, etc.), aunque siempre esperando que no haga falta. Puedes registrarte, gratuitamente, en la app o en la página Web MAUC Registro de viajeros (exteriores.gob.es).

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INFORMACIÓN PRÁCTICA

¿ES SEGURO VIAJAR A PRAGA?

Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, el país es totalmente seguro para los viajeros y, efectivamente, tuvimos esa misma impresión durante nuestro viaje a Praga. Hay una gran sensación de seguridad, además de limpieza, en sus calles. Tan solo tendrás que tener la precaución habitual para evitar robos de carteristas, especialmente en las zonas más turísticas y concurridas de Praga.

¿CUAL ES LA MEJOR ÉPOCA PARA VIAJAR A PRAGA?

En general, la mejor época para viajar a Praga es en primavera (abril, mayo y junio). Las temperaturas durante estos meses son suaves y la temporada alta no ha comenzado, con lo que podrás visitar la ciudad sin demasiada gente y precios más bajos.

Praga en verano, especialmente en agosto, puede ser muy calurosa, incluso agobiante, no solo por el calor, sino también por la gran cantidad de viajeros que visitan la ciudad en esas fechas.

El principio del otoño, septiembre y octubre, es también una buena opción para viajar a Praga, con temperaturas aun agradables, aunque en octubre puede que ya caiga algo de lluvia. 

Por otro lado, si no te importa el frio, puedes viajar a Praga durante el invierno para ver la ciudad cubierta de nieve, así disfrutarás de un precioso paisaje y menos visitantes.

MONEDA

La República checa no forma parte de la Eurozona, su moneda nacional es la corona checa (CZK). Aunque en muchos establecimientos es posible pagar en euros, no es recomendable, porque el cambio que hacen suele ser bastante malo.

En Praga hay muchas casas de cambio, pero es muy importante que consultes en varias para comparar, porque suele haber una diferencia abismal en el cambio que ofrecen. Donde mejor cambio encontramos nosotras, además de que nos la recomendó el guía de nuestro free tour, es la casa de cambio eXchange, en la calle Kaprova. Está muy cerca de la plaza del reloj, en el barrio judío, y abre todos los días de 9.00 a 20.00.

Por lo que dicen, ha habido casos de estafas en algunas casas de cambio, así que asegúrate de comprobar que no te cobren tasas encubiertas y que la cantidad de coronas checas que te dan sea correcta. Para evitar estas estafas precisamente, se ha aprobado una ley que permite que cambies de idea hasta 3 horas después de haber realizado la compra de moneda. En caso de detectar algo incorrecto, podrás revertir el cambio dentro de esas tres horas.

Como norma, siempre es mejor evitar cambiar en el aeropuerto, estaciones de tren o de autobús, porque el cambio suele ser muy malo. Y, sobre todo, NUNCA jamás cambies dinero en la calle, porque te darán rublos rusos y florines húngaros, que no tienen ningún valor, en lugar de coronas checas.

Si prefieres utilizar tarjeta, podrás utilizarla en prácticamente todas partes en Praga, así que, si tienes una que no te cobre comisión, como Revolut, no necesitarás cambiar demasiado dinero durante tu viaje.

ENCHUFES EN PRAGA

Los enchufes en Praga son de tipo F, el habitual en la mayoría de países europeos, con dos clavijas redondas, voltaje de 230 V y una frecuencia de 50 Hz.

ZONA HORARIA

La zona horaria de Praga es UTC+1 en invierno y UTC+2 en verano (desde el último domingo de marzo hasta el último domingo de octubre).

IDIOMA

En la República Checa el idioma oficial es el checo, una lengua eslava que utiliza el alfabeto latino, pero con algunas letras adicionales. Si no hablas checo con fluidez no te preocupes, porque podrás entenderte en inglés prácticamente en cualquier sitio. También podrás encontrar visitas guiadas en otros idiomas, como francés y castellano.

CONECTIVIDAD / INTERNET

En la mayoría de bares y restaurantes de Praga, así como en los hoteles, hay WIFI gratuito disponible. De todas maneras, si tu compañía telefónica pertenece a un país de la Unión Europea tienes roaming incluido, por lo que podrás navegar por Internet sin ningún coste adicional.

¿QUÉ LLEVAR EN LA MALETA A PRAGA?

Lo más importante que debes llevar en tu maleta es calzado cómodo, porque además de que vas a andar mucho para visitar la ciudad, el adoquinado de sus calles lo hace imprescindible. Mejor dejar los tacones para otra ocasión…

En cuanto a la ropa, dependerá de la época del año en la que viajes, pero siempre teniendo en cuenta que el clima es mucho más frío que en los países mediterráneos. Lo mejor es llevar capas, como una cebolla, para adaptarte a las diferentes temperaturas, porque, como ellos mismos dicen, en un mismo día puedes tener las cuatro estaciones.

OTROS DATOS DE INTERÉS

Cuando cruces la carretera procura tener cuidado con los tranvías, que siempre tienen prioridad, incluso en los pasos de cebra. En los semáforos también hay que darse prisa, ¡solo duran en verde ocho segundos!

Los restaurantes más conocidos suelen estar llenos, así que conviene reservar o ir fuera de las horas más concurridas. Además, en algunos de esos restaurantes, cuando traen la cuenta te sugieren una cantidad extra por la propina. Aunque es algo voluntario, hacen que sea algo difícil decir que no.

Los baños públicos en Praga son de pago, así que necesitarás alguna moneda para poder utilizarlos, normalmente coronas checas, aunque en algunos casos aceptan euros.

Que no te sorprenda el trato por parte de los checos, que puede parecer algo brusco inicialmente. Tranquilidad, no te lo tomes como algo personal, sino que es algo cultural.

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COMIDA TÍPICA DE PRAGA

La comida en Praga no es el colmo de refinamiento precisamente. Es una comida propia de un clima frío, en la que abundan la carne y los guisos contundentes, pero todo hay que decirlo, sabrosos. En este viaje mejor si te olvidas de las verduras y los pescados, en realidad de toda dieta sana, pero solo se trata de unos días y seguro que disfrutas probando los siguientes platos tradicionales, que además están muy ricos:

  • Guláš (goulash): es un estofado de carne, normalmente de ternera o de cerdo, con una salsa espesa y sabrosa. Este plato en realidad proviene de Hungría, pero quitando algo de verdura del plato original lo adaptaron al paladar checo. Normalmente se acompaña con knedlík, un pan sin corteza cocido al vapor, aunque también se sirve en ocasiones dentro de una hogaza de pan. 
  • Svícková: otro plato contundente a base de carne, en concreto solomillo de ternera, servido con salsa de nata y mermelada de arándanos (esta mezcla agridulce de la salsa es riquísima). El acompañamiento habitual es pan de centeno y knedlíky.
  • Vepřo knedlo zelo: codillo de cerdo asado en salsa de cebolla y semillas de alcaravea, acompañado de chucrut y el inevitable knedlíky. Es uno de los platos más tradicionales de la República Checa.
  • Tatarák (Steak tartar): carne de ternera cruda, picada y condimentada. Normalmente se sirve con pan frito y dientes de ajo, que hay que frotar en el pan antes de comer. No a todo el mundo le apetece probar carne cruda, pero si te animas está deliciosa.
  • Řízek: es un escalope de pollo, ternera o cerdo. Es probable que lo conozcas como schnitzel o escalope vienés.
  • Šopský salát: para que no se diga que todos los platos en la cocina checa son de carne, esta es una ensalada con pepino, pimiento rojo, tomate y queso balcánico.
  • Smažený sýr: este tentempié consiste en queso Edam o Hermelín, cortado en lonchas gruesas, empanado y frito. Viene acompañado con salsa tártara y una pequeña ensalada. La ensalada realmente pequeña, no vaya a quitar protagonismo al queso frito.
  • Bramboračka: es una sopa de patata. Generalmente, se hace con caldo de verduras, patatas, a veces zanahorias, cebollas y otras verduras. Igual que el goulash, en ocasiones se sirve dentro de un pan.
  • Kulajda: De nuevo una sopa, son muy habituales en la cocina checa. Esta en concreto es cremosa y está hecha con champiñones, patatas, eneldo, nata y, a veces, con huevo.
  • Trdelník: podrás encontrar este dulce en todas partes en Praga, aunque no es originario de la República Checa sino de Eslovaquia. Se trata de un cilindro de masa que se cocina a la parrilla y se espolvorea con azúcar y canela. Se puede comer tal cual o con diferentes rellenos: chocolate, helado, dulce de leche… definitivamente no apto para diabéticos.
  • En esta lista no puede faltar la cerveza que, aunque no se trata de una comida, es una parte muy importante de la cultura culinaria en la República Checa. Encontrarás una gran variedad y todas deliciosas, seguro que encuentras una que te guste, incluso si habitualmente no eres mucho de cerveza.
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10 RESTAURANTES RECOMENDADOS EN PRAGA

Ya has visto cuales son los platos típicos de la comida checa y te mueres por probarlos, ahora solo te falta saber dónde ir. En Praga hay cientos de restaurantes y cervecerías así que, para facilitar tu elección, aquí tienes una lista de los restaurantes más conocidos y recomendados:

  • U Pivrnce (Staré Město): Buena cerveza y buena comida casera, el local además tiene mucha personalidad, con una decoración muy original. Recomendable reservar porque suele estar lleno, especialmente la pequeña terraza.
  • U Kunstatu (Staré Město): Gran oferta de cervezas artesanales, incluso tienes la posibilidad de hacer una cata de diferentes cervezas, además de que hay varias raciones para picar. Como está un poco escondido es bastante tranquilo y tiene una terraza grande y agradable.
  • Naše maso (Staré Město): Es una carnicería y restaurante a la vez, hay varias opciones de hamburguesas, steak tartar, etc. pero yo recomendaría sobre todo el sándwich de pastrami. Para beber hay un grifo de agua y otro de cerveza, que te sirves tú mismo, después de pagar la cerveza por vaso. El local es muy pequeño, así que es difícil conseguir mesa en hora punta.
  • U Zlatého Hada (Staré Město): Aquí podrás probar diferentes platos checos tradicionales con buena relación calidad/precio.
  • Výtopna Railway Restaurant (Nové Město): Local muy original, cerca de la plaza Wenceslao, donde te traen la bebida y comida unos trenecitos. Sobre la comida he oído un poco de todo, si no te quieres arriesgar puedes tomarte una cerveza para hacer la foto con los trenecitos y luego comer en otro sitio.
  • U Fleků (Nové Město): Es la cervecería más antigua de Praga y se ha convertido en un clásico. De hecho, es tan conocida que puede pecar de demasiado turística, pero la comida está rica y la cerveza también, además de que tiene mucho ambiente.
  • Pork’s (Malá Strana): Recomendado por nuestro guía del free tour, está justo después del puente de Carlos IV y es famoso por su exquisito codillo.
  • U Glaubiců (Malá Strana): Restaurante del tipo bodega que también nos recomendó nuestro guía. Tiene mucho movimiento, así que cuesta conseguir mesa. Comida muy rica y buena relación calidad/precio.
  • U Dvou slunců: restaurante en Nerudova, muy cerca del castillo, con decoración tradicional, buena cerveza y platos típicos a buen precio.
  • Monasterio Strahov: Es una cervecería anexa al Monasterio, donde puedes probar platos típicos y unas cervezas artesanales excelentes. Tiene una agradable terraza y el interior está decorado con calderas de cobre y utensilios para elaborar cerveza.
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COMO MOVERSE POR PRAGA

COMO IR A PRAGA DESDE EL AEROPUERTO

Para ir desde el aeropuerto al centro o al revés tienes varias opciones:

  • Autobús 119: va del aeropuerto a la estación de metro Nádraží Veleslavín (línea A, verde) y vuelve al aeropuerto. Tarda unos 15 minutos en llegar a esa estación, donde podrás enlazar con la línea de metro que más te acerque a tu hotel.
  • Airport Express (AE): este autobús sale de la Terminal 1 y va directo hasta el centro de Praga. Ten en cuenta que el billete del Airport Express no vale para el resto del transporte público y, en este caso, no hay que pagar por el equipaje. Es una buena opción si tu hotel está cerca de la estación de tren de Praga o de una estación de metro de la línea C (roja), porque la parada final está en la Estación Central (Hlavní Nádraží), dónde enlaza con esta línea del metro. Si tu hotel está más cerca de una estación de metro de las líneas A (verde) o B (amarilla), es mejor usar el autobús convencional, que además es más grande.
  • Transfer privado: si prefieres más comodidad por un precio bastante ajustado, puedes solicitar que te recoja un coche privado en el aeropuerto. Nosotras utilizamos Prague airport transfers y el servicio fue impecable. Puedes calcular el precio en su página web según el número de personas de tu grupo y el tipo de vehículo.

COMO MOVERSE POR LA CIUDAD

Aunque se puede recorrer la ciudad andando muy fácilmente, el sistema de transporte público de Praga es excelente y cuenta con autobuses, tranvías y metro. El billete para viajar en los tres medios de transporte es exactamente el mismo, lo que diferencia a los billetes es su duración, que puede ser de 30 minutos, 90 minutos, 24 horas o 72 horas. Durante ese tiempo podrás hacer conexiones ilimitadas.

Una vez escogido el billete con la duración que te interese, es muy importante validarlo. Solo es necesario hacerlo una vez, pero no te olvides de hacerlo, porque, aunque no hay tornos ni barreras en las estaciones, hay inspectores que revisan que lleves un billete válido y, si te pillan, te tocará pagar una buena multa.

También ten en cuenta que, si viajas con equipaje, hay que comprar un billete especial. Se puede llevar una maleta, con dimensiones máximas de 25 cm x 45 cm x 70 cm, sin tener que pagar por ello. Si llevas maletas de mayor tamaño, o más de una, tienes que comprar un billete para cada una de las piezas de equipaje.

El sistema de transporte cuenta con una app muy práctica: PID Lítačka. La app informa sobre los precios y los tipos de billetes, cambios repentinos en el transporte, cómo ir de una estación a otra, etc. También podrás comprar los billetes a través de la app, además de en varios puntos de venta, como tiendas, máquinas automáticas de venta o taquillas.

Si viajas por la República Checa en coche por la autopista, necesitarás comprar una tarjeta de pago de peaje (DALNICNI ZNAMKA) en el primer puesto fronterizo checo (oficina de correos, gasolineras…). Cuidado porque hay controles policiales y podría tocarte pagar una multa.

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DIARIO DE VIAJE ¿QUÉ HACER EN PRAGA EN TRES DÍAS?

TRES DÍAS EN PRAGA: DIARIO DE VIAJE

Inicialmente teníamos un vuelo directo que llegaba el jueves al mediodía, lo que nos daba toda esa tarde para visitar la ciudad, pero como suelen hacer últimamente las aerolíneas, nos cambiaron el vuelo a otro con escala y que llegaba a última hora. Así que adiós a esa tarde extra, íbamos a tener que apresurarnos para poder ver todo.

Después de un gran esfuerzo para meter todos los porsiacasos en una mochila de cabina, cogimos el vuelo y llegamos sin incidencias, a pesar del viento sur que soplaba. Como llegábamos tarde, habíamos decidido contratar un coche con conductor para que nos viniera a buscar, en lugar de usar el trasporte público. Reservamos con Prague Airport Transfers y fue todo un acierto, el conductor estaba puntual esperándonos, muy amable y educado y el coche impecable. Nos costó 44€, porque al ser un grupo de cinco tuvimos que escoger una minivan. Pudimos pagar con tarjeta, lo cual nos vino muy bien, porque así no tuvimos que cambiar dinero en el aeropuerto, que siempre tienen peor cambio.  

Nuestro apartamento estaba en Nerudova, una preciosa calle en la subida hacia el castillo, y para cuando llegamos ya eran las 21.30. Aviso al navegante: si llegas tarde no encontrarás nada abierto para cenar en esa zona. Habíamos hecho una reserva online en un restaurante muy cerca del apartamento, U Dvou slunců, que además estaba muy recomendado, pero nos dijeron que ya estaba cerrada la cocina. Así que tuvimos que comprar, a precio de oro, unas pizzas y galletas en un minimarket que estaba al lado y cenamos en el apartamento.

DÍA 1 EN PRAGA - CIUDAD VIEJA, BARRIO JUDÍO Y MALA STRANA

Al día siguiente empezamos nuestro primer día de visita en Praga con algo de lluvia ligera, pero gracias a eso pudimos ver el puente de Carlos con muy poca gente y un ambiente algo misterioso por la niebla. Vimos tranquilamente todas las estatuas del puente y aprovechamos para tocar la de San Juan Nepomuceno. Cuenta la leyenda que, si quieres volver a Praga, debes tocar la cruz del escudo, aunque otros dicen que hay que tocar la imagen del santo. También hay quien dice que lo que hay que tocar es la imagen del perro y así atraerás buena suerte. Nosotras, por si acaso, frotamos todas las figuras en las zonas ya brillantes de tanto roce. Menos mal que ya no estamos en pandemia….

Necesitábamos cambiar dinero así que, después de comparar en varias casas de cambio, escogimos la que nos ofrecía mejor cambio de la zona. Luego vimos que la que mejor cambio ofrece es eXchange, que está en la calle Kaprova, enfrente de la casa de Kafka.

Ya con dinero fresco en los bolsillos fuimos a desayunar unos croissants caseros al Café 22 y después al centro, porque habíamos reservado un free tour con A Praga y vámonos. Siempre nos gusta hacer un free tour al empezar la visita de una ciudad y este no nos defraudó, fue muy entretenido y durante dos horas y media pudimos recorrimos la ciudad vieja y el barrio judío, con las habituales explicaciones y anécdotas curiosas de este tipo de tours.

Una de las visitas principales fue la Plaza de la Ciudad Vieja, con los impresionantes edificios que hay en ella: la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, la Iglesia de San Nicolás o el Palacio Kinský, sin olvidarnos del Reloj Astronómico en la Torre del Ayuntamiento, probablemente lo más icónico de Praga, que convoca a cientos de personas cada hora para ver el espectáculo mecánico de las figuras del reloj.

Tanta visita nos había dado hambre, así que cuando terminó el tour fuimos a probar uno de los famosos dulces, los Trdelnik, que hay por el centro de Praga. Nos habían recomendado la tienda que está justo enfrente del cementerio judío, así que aprovechamos que estábamos ahí cerca y decidimos probar diferentes rellenos y el vino caliente. Los trdelnik están muy ricos, pero aviso que llenan bastante, así que mejor compartirlos. El vino caliente tuvo menos éxito, a algunas les pareció un poco fuerte, lo que no se puede negar es que es un arma potente contra el frío.

Durante el free tour habíamos visto el barrio judío, pero no habíamos llegado a entrar en el cementerio, así que después del tredelnik fuimos a comprar las entradas. Normalmente es mejor comprar las entradas en las sinagogas que en el cementerio, porque son entradas conjuntas y suele haber menos cola. Hay tres entradas diferentes, según lo que quieras visitar. Escogimos la entrada Jewish Museum in Prague (400 CZK por persona), porque incluía lo que más nos interesaba: la Sinagoga Española y el Cementerio. También incluye la visita a las sinagogas Maisel, Pinkas y Klausen, pero la que realmente nos impresionó fue la Sinagoga Española. Se llama así porque fue construida por la comunidad judía sefardí que se estableció en Praga, después de ser expulsada de España durante la Inquisición, es de estilo mudéjar y realmente preciosa.

El Antiguo cementerio judío es un curiosísimo lugar con 100.000 personas enterradas, unas 12.000 lápidas visibles y 10 capas de enterramientos unos encimas de otros. ¿El motivo de que estén tan apiñadas unas contra otras? No es un error de diseño, sino pura necesidad: las tumbas están apiladas debido a la falta de espacio y porque, según la tradición judía, no se pueden mover los cuerpos después del entierro. Esto crea un paisaje peculiar y fascinante, con mucho encanto pese a tratarse de un cementerio.

Después del barrio judío, queríamos comer en la famosa carnicería Nase maso, que también funciona como un pequeño restaurante. Nos habían recomendado que fuéramos a partir de las tres, para evitar la hora punta, porque es muy pequeño y solo tiene 4 mesitas altas. Tuvimos suerte y encontramos sitio cuando llegamos, nos sentamos rápido para no perder la mesa y nos pedimos unos sándwiches de pastrami riquísimos, que nos encantaron a todas. No te los pierdas si vas a esta carnicería.

Después de comer, cruzamos el puente de Carlos para visitar la Isla Kampa, que en realidad no es una isla, sino que está conectada al continente. Sin embargo, históricamente, estaba formada por una serie de canales que fluían alrededor de ella, creando una sensación de aislamiento y por eso pasó a llamarse isla. Además de ser una zona muy agradable y pintoresca, tiene bonitas vistas del puente y otras zonas de Praga. Allí pudimos ver dos de las esculturas de David Černý más famosas de Praga, de las que te hablaré con detalle en este post: la estación de los bebés, con tres bebés gigantes gateando, y la de los dos hombres haciendo pis, enfrente del museo Kafka.

Muy cerca de la Isla Kampa, en el barrio de Mala Strana, fuimos a ver el muro de John Lennon, cubierto de coloridos grafitis y mensajes relacionados con John Lennon y la paz, que nunca son iguales porque se van añadiendo nuevos constantemente. Allí nos hicimos el reportaje fotográfico de rigor y nos marchamos a visitar el que se supone que es el callejón más estrecho del mundo, Vinárna Čertovka. Es tan estrecho que no pasan dos personas a la vez y se ha hecho tan famoso que tuvieron que instalar un semáforo, para regular la circulación de los peatones, aunque realmente no lleva más que a un restaurante. Me imagino que el restaurante estará encantado con la popularidad que ha ganado su callejón.

Después de dar un paseo por Mala Strana, fuimos a por nuestra siguiente misión: cenar y probar las riquísimas cervezas de Praga. Queríamos cenar en un restaurante de la zona que nos habían recomendado varias personas: U Glavicu, pero era viernes y hora punta, así que no hubo manera de conseguir mesa. No nos amilanamos y volvimos al centro histórico para intentarlo en otra recomendación: el restaurante U kunstatu, donde sí tuvimos más suerte y encontramos mesa en el patio. Pedimos varias tapas para cenar de picoteo y las cervezas que nos recomendaron que, por cierto, nos encantaron y pedimos otra ronda. No sé qué tiene la cerveza en Praga que engancha, incluso cuando normalmente no bebas cerveza. Ya de camino de vuelta al apartamento paramos en un supermercado para comprar víveres para el desayuno.

DÍA 2 EN PRAGA - NOVÉ MESTO, PARQUE LETNÁ Y CLEMENTINUM

Al día siguiente nos despertamos con un sol radiante y, después de desayunar en el apartamento, fuimos dando un paseo hasta el Monumento a las Víctimas del Comunismo, en la base del monte Petřín. De todas las impresionantes esculturas de Praga, esta es la que más nos impactó, verdaderamente pone la piel de gallina la manera que tiene de transmitir el horror de un estado totalitario.

Queríamos ver la zona de Nové Mesto así que cruzamos el puente del tranvía, desde donde hay unas vistas fantásticas del castillo y el puente de Carlos. Aprovechamos la oportunidad para sacar unas cuantas fotos y continuamos hasta la Casa Danzante. Este edificio fue diseñado por los arquitectos Frank Gehry y Vlado Milunić y recuerda a una pareja de baile en movimiento, de ahí su apodo «Fred y Ginger». Su uso principal es para oficinas, pero en lo alto hay un restaurante y un bar con excelentes vistas a la ciudad. Ahí sacamos unas cuantas fotos más (reportaje fotográfico en toda regla) y continuamos con nuestro recorrido.

Encontramos, un poco por casualidad, el Nuevo Ayuntamiento (Nová Radnice), donde pudimos comprobar que lo de intentar timarte cambiando moneda en la calle no es una leyenda urbana. Un señor muy educado nos vio mirando un mapa y aprovechó para contarnos que iba a viajar al camino de Santiago y que le vendría bien cambiar euros por coronas. Tal vez era verdad y el hombre tenía la mejor intención del mundo, pero como estábamos avisadas de lo que puede pasar, le dijimos que gracias, pero no gracias y nos fuimos.

Nuestra siguiente parada fue en las Galerías Lucerna, para ver otra de las famosas esculturas de David Černý, la escultura del Caballo al revés. Después fuimos a ver la estatua de San Wenceslao, que es la que parodió el escultor con su obra, en la plaza con su mismo nombre. La plaza de San Wenceslao no es una plaza en el sentido tradicional, en realidad tiene más la forma de un bulevar largo y amplio, lleno de tiendas, hoteles y restaurantes. Es un lugar muy animado, con un gran valor histórico y cultural. Si subes las escaleras del Museo Nacional, podrás ver toda la plaza desde arriba.

La siguiente parada fue en la misma plaza, en el Costa café, para tomar un café de media mañana y así poder ir al servicio, ya que en Praga son todos de pago. Después fuimos al centro comercial Quadrio, porque queríamos ver la famosa Cabeza giratoria de Kafka, pero no tuvimos suerte, porque la habían quitado para hacer mantenimiento.  Nuestro gozo en un pozo, espero que tengas más suerte y puedas verla en tu viaje a Praga.

Fuimos a comer a otro restaurante recomendado: U Pivrnce, donde probamos algunos de los platos típicos de la zona, como svícková (solomillo con nata y mermelada de arándanos) o el pato asado con col en escabeche, pero lo mejor con diferencia fue la hamburguesa de carne mechada, riquísima y totalmente recomendable. Total: 1.950 CZK (78€).

Habíamos vuelto ya a la zona antigua, Stare Mesto, y aprovechamos para visitar la Torre de la pólvora, que solo habíamos visto desde lejos en el free tour. Justo al lado de la torre está la Casa Municipal, un precioso edificio de estilo Art Nouveau en el que es posible hacer visitas guiadas para recorrer el interior.

Nos habían hablado de un pequeño mercado en el centro así que nos acercamos a ver los puestos, con frutas y souvenirs a partes iguales. Está al lado de la plaza de la ciudad vieja y es bastante pequeño, pero resultó muy agradable. Aprovechamos para comprar los imanes de turno, 50 CZK por cada dos imanes.

Subimos al Parque Letná para ver de cerca el Metrónomo y de paso disfrutar de las vistas desde ahí. Nos sacamos unas cuantas fotos, grabamos algún video haciendo el tonto y volvimos a bajar a Stare Mesto, tampoco hay mucho más que hacer por la zona.

Al bajar nos encontramos por casualidad un mercadillo que habían montado justo enfrente del Rudolfinum, el edificio sede de la filarmónica checa, con puestos de comida, bebida y varias mesas. Había mucho ambiente y música en vivo, así que nos quedamos a tomar algo mientras hacíamos tiempo para nuestra siguiente visita.

Teníamos reservada una visita guiada en el Clementinum a las 19.15, el plan era haber ido antes pero ya no quedaban más horas libres y no reservan de un día para otro. Durante el recorrido se puede ver la Biblioteca barroca y la Torre astronómica. Antes se podía ver también la sala de los espejos, pero ya no está incluida, para verla hay que asistir a alguno de los conciertos que se celebran ahí.

La visita, que cuesta 300 CZK por persona, solo estaba disponible en inglés, pero nos dieron unas hojas con la explicación en diferentes idiomas, como apoyo para la visita si no hablas inglés. La que nos dejó sin palabras fue la impresionante Biblioteca barroca. Ya no se puede entrar, pero te puedes asomar hasta una barandilla para poder verla y sacar fotos. Es tan bonita que parece el escenario de una película.

Después seguimos subiendo unas escaleras de caracol empinadísimas y, desde un altillo, el guía nos explicó el funcionamiento de la Torre astronómica. Unas cuantas escaleras más y pudimos disfrutar de las vistas desde lo alto de la torre. Al final nos alegramos de haber hecho la visita ya de noche, porque las vistas nocturnas de Praga eran espectaculares.

Después de una hora que duró la visita ya era el momento de ir a cenar. En un principio íbamos a ir al restaurante U fleku, del que tenía muy buen recuerdo de un viaje anterior a Praga, por su ambiente y sus cervezas, pero algunas del grupo preferían repetir el del día anterior, que estaba más cerca y más tranquilo. Así que, tras una votación en la que no salió adelante mi propuesta, nos fuimos al restaurante U kunstatu. Aprovechamos para probar las catas de cervezas que hacen allí y que nos habían llamado la atención el día anterior. Les explicas cuáles son tus preferencias en cuanto a cerveza y ellos escogen las seis que más se pueden ajustar a tus gustos. Probamos una cata de cervezas negras y otra de rubias, más algo de picoteo, en total 1.694 CZK (69€).

DÍA 3 EN PRAGA - TORRE PETRÍN, MONASTERIO Y CASTILLO

El domingo era nuestro último día así que, después de desayunar, devolvimos las llaves del apartamento y les dejamos las mochilas para que las guardaran hasta la tarde.

Queríamos empezar el día en el monte Petrín y, como lo teníamos cerca, decidimos subir andando en lugar de en funicular, que es lo más habitual. Claro que no sabíamos que las cuestas eran tan empinadas, pero disfrutamos del paseo y de un día precioso. Por si no te apetece subir andando o vienes de más lejos, el funicular sale de la estación Ujezd.

En lo alto del monte está la Torre Petrín, muy parecida a la Torre Eiffel de París en su diseño, aunque mucho más pequeña. Fue construida en 1891 como parte de la Exposición General de Praga. Se puede subir a lo alto, previo pago de 220 CZK. Nosotras decidimos no subir porque no nos apetecía ya subir más escaleras. Si vas con niños, puedes entrar en el laberinto de los espejos, que está justo al lado.

Después de dar una vuelta por la zona, bajamos hasta el Monasterio Strahov, donde hay unas vistas preciosas de Praga, que curiosamente nos gustaron más que las del monte Petrín. Era demasiado pronto para comer en la cervecería del monasterio, pero no quisimos perdernos su famosa cerveza, así que nos tomamos unas cervezas negras y unas patatas fritas, que nos supieron a gloria.

Dentro del monasterio también hay una biblioteca, formada por dos preciosas salas, que también se pueden ver en una visita guiada. Desgraciadamente, no teníamos tiempo para entrar, así que quedó pendiente para el siguiente viaje a Praga.

Para bajar desde el monasterio hacia el castillo, puedes pasar por la calle Novy svet, que por algún motivo tiene menos tránsito de turistas y se respira mucha tranquilidad. Desde ahí llegamos a la plaza Loreto, donde está el Santuario de Loreto de Praga, una preciosa iglesia barroca.

No nos pudimos quedar ahí más allá de un par de fotos, porque eran casi las 12.00, hora del cambio de guardia en el Castillo. Hay cambios de guardia cada hora, pero este es el más llamativo, así que salimos corriendo para poder llegar a tiempo. Llegamos por los pelos, pero había tanta gente que no podíamos ver nada, hasta que conseguimos hacernos un hueco al lado de la garita.

Una vez dentro del Castillo, vimos la Catedral de San Vito, la iglesia gótica más grande del país, donde se coronaron todos los monarcas de Bohemia, y que es verdaderamente impresionante. Otras atracciones famosas dentro del castillo son la Basílica de San Jorge, el Antiguo Palacio Real y el Callejón de Oro.

Si quieres acceder a zonas cerradas al público, tienes que comprar entrada. Podrás elegir entre tres circuitos diferentes, según lo que quieras visitar, con precios de 350 o 250 CZK por adulto. Para entrar al famoso Callejón de Oro, con sus casitas de colores, también hay que pagar entrada, pero a partir de las 17.00 la entrada es gratuita, así que decidimos esperar y volver más tarde.

Esta vez estábamos decididas a comer en U Glavicu y por fin conseguimos mesa, aunque estaba cerca de la puerta, que dejan abierta para servir las mesas de fuera. Entraba bastante fresco, así que pedimos que nos encendieran el calefactor de encima de la mesa, se ve que están bien preparados para el frío. Queríamos terminar de probar los platos más típicos, así que pedimos varios para compartir: goulash dentro de un pan redondito, snitzel de cerdo, queso frito, salchichas, jamón de Praga y una ensalada mixta, en un intento de meter algo verde en la comilona. Lo que no conseguí fue que se animara ninguna a probar el steak tartar, que me encanta y es también bastante típico en Praga. El total de la comida para las cinco fueron 1.925 CZK (78€)

Nos quedaba el tiempo justo de ir a despedirnos del Puente de Carlos, lo que quiere decir sacarnos ahí unos cuantos cientos de fotos, aunque por algún motivo muchos de los que pasaban por el puente se empeñaban en asomarse en nuestras fotos.

Eran ya casi las cinco, así que subimos corriendo las escaleras hasta el castillo para poder entrar al callejón de oro gratis. Había bastante gente apelotonada fuera esperando como nosotras y, cuando abrieron los tornos (sí, tornos, has leído bien, parecía la entrada a un supermercado), entramos todos en masa, como si de unas grandes rebajas se tratara. Te recomiendo que vayas un poco más tarde, en lugar de a las 17.00 en punto, porque en diez minutos ya casi no quedaba nadie en el callejón. Una vez dentro, pudimos ver sus casas estrechas y pintorescas, incluyendo la número 22, también conocida como la casa de Franz Kafka, porque el escritor vivió ahí durante un tiempo en 1916.

Después de la consabida sesión de fotos volvimos al apartamento, para recoger nuestras mochilas y comprar algo en la panadería de enfrente, para cenar en el avión. Como estábamos tan contentas con el traslado desde el aeropuerto, habíamos decidido volver a reservar la vuelta con Prague Airport Transfers. Puntuales de nuevo, ya estaba el coche esperándonos a la hora acordada. Es cierto que se puede ir al aeropuerto perfectamente en transporte público, pero siendo varias, al final la diferencia de precio no es muy alta y ganamos mucho en tiempo y comodidad.

De hecho, en media hora ya estábamos en el aeropuerto de Praga, así que tuvimos tiempo de tomarnos un café antes de entrar a la puerta de embarque. Por lo que vimos una vez dentro, no hay suficientes asientos en cada puerta para todos los pasajeros, así que tuvimos que sentarnos en unas escaleras en su lugar. Ya embarcadas, volvimos a tener viento sur en el vuelo, pero aterrizamos en casa sin tener que desviarnos a otro aeropuerto, ¡menos mal!. Nuestra escapada a Praga había terminado ya y nos fuimos a casa con ganas de volver, quedaba en manos de la estatua de San Juan Nepomuceno cumplir nuestro deseo.

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EXCURSIONES

El único inconveniente de las escapadas de pocos días, como la nuestra a Praga, es no poder ver todo lo que el país tiene que ofrecer. Si tienes la suerte de poder pasar más tiempo en la República Checa, estas son algunas de las excursiones más populares que puedes realizar desde Praga y que seguro que te encantarán:

EXCURSIÓN A ČESKÝ KRUMLOV

Esta preciosa ciudad medieval, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, parece sacada de un cuento de hadas. La ciudad está rodeada por el río Moldava y en ella encontrarás pintorescas callejuelas, edificios de colores pastel con tejados en punta y un castillo del siglo XIII, el segundo más grande de la República Checa, desde el que hay excelentes vistas de toda la ciudad.

La manera más habitual y barata de llegar a Český Krumlov desde Praga es en autobús. Sale con mucha frecuencia y tarda unas 3 horas por trayecto. Los mejores autobuses son los de las empresas RegioJet y Leo Express, que tienen Wi-Fi y pantallas individuales con películas, además de servir agua, café y té. El tren es peor opción porque la estación de tren de Český Krumlov no está tan cerca del centro como la de autobús.

También puedes escoger una excursión organizada y olvidarte de todo. Hay muchos tours organizados para pasar el día en Český Krumlov desde Praga, incluso con guía en español. Otra opción es contratar un coche con chófer, que puede salir a cuenta si viajas en grupo. Muy recomendable es Prague Airport Transfers.

EXCURSIÓN A KARLOVY VARY

Karlovy Vary es una encantadora ciudad balnearia rodeada de colinas, bosques y ríos, con un cierto aire bohemio. Es una excursión ideal si quieres relajarte en alguno de sus balnearios y fuentes termales minerales. Además, la ciudad es tan bonita que incluso ha sido escenario de varias películas, como Casino Royale de James Bond.

Situada a unos 130 kilómetros de Praga, la mejor opción para ir a Karlovy Vary es en autobús. Desde la estación central Florenc salen varios autobuses que realizan el trayecto diariamente en poco más de dos horas. Eso sí, procura comprar los billetes para Karlovy Vary con la mayor antelación posible: es una ciudad muy turística y los autobuses que salen de Praga por la mañana y vuelven al final de la tarde suelen estar llenos.

También se puede ir de Praga a Karlovy Vary en tren, pero se tarda más que en autobús, más de 3 horas. Otra opción son las excursiones privadas de 7 o 11 horas o incluso en coche privado. Si te animas, es bastante fácil alquilar un coche para llegar a Karlovy Vary.

EXCURSIÓN A PILSNER

Es verdad que Pilsner no tiene las colinas de Český Krumlov o Karlovy Vary, que crean un paisaje imponente, pero cuenta con un centro histórico precioso y lleno de teatros, iglesias y edificios de varios estilos. A eso hay que sumar el ambiente cervecero que se respira en la ciudad porque, además de pasear por su casco antiguo, puedes visitar la cervecería Pilsner Urquell.

Es muy fácil llegar a Pilsner desde Praga, ya que está a menos de 100 km. Se puede llegar en autobús, preferentemente de la compañía RegioJet, que ofrece té y café a bordo, además de que los asientos cuentan con pantallas de entretenimiento individual. Tarda aproximadamente 1 hora en cada trayecto.

El tren es una buena alternativa para llegar a Pilsner, pero solo si vas a hacer la visita a la cervecería Pilsner Urquell, porque la estación de tren queda a 500 metros. Sin embargo, del centro histórico queda más lejos, a kilómetro y medio. El tren más rápido, sin conexiones, llega en 1 hora 24 minutos.

Se puede también contratar una excursión organizada, que suelen incluir la visita a la fábrica de cerveza, así como tiempo libre para explorar el centro histórico. Otra opción es un coche con chófer, al que también se puede añadir un guía que hable español. Para esta última opción es recomendable Prague Airport Transfers.

EXCURSIÓN A KUTNA HORA

Esta ciudad también ha sido declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO y concentra gran cantidad de edificios históricos, a pesar de su pequeño tamaño. Durante la Edad Media fue la segunda ciudad más poderosa de Chequia y, sobre todo, la más rica, gracias a sus minas de plata.

De todos sus interesantes edificios históricos, el que ha convertido a Kutna Hora es una de las excursiones más populares del país es la Capilla de los Huesos. Esta capilla, también llamada el Osario de Sedlec, es un sótano decorado con miles de huesos humanos.

Su origen se remonta a la Edad Media, cuando se cree que unos monjes trajeron de Jerusalén un puñado de tierra, procedente del Monte Calvario, y la arrojaron en el lugar donde se ubica la capilla. Desde ese momento, miles de personas quisieron ser enterradas ahí y los huesos se empezaron a amontonar en el cementerio, debido a la peste negra y las guerras. Sobre ese mismo cementerio se erigió una iglesia gótica y se decidió hacer una capilla en la parte inferior para custodiar todos los huesos desenterrados. A finales del XIX, la acumulación de huesos humanos era tal que se encargó a un carpintero, František Rint, que organizara los huesos de una manera más decorativa. Usó los huesos humanos para crear obras de arte un tanto macabras, dando lugar al actual Osario de Sedlec, donde absolutamente todo está hecho con huesos.

Kutná Hora se encuentra a 70 km de Praga y, aunque se puede llegar en autobús, en este caso la mejor opción es el tren. Es la alternativa más rápida y la que tiene más encanto: se trata de un tren antiguo que atraviesa algunos de los paisajes más bellos del país. El tren directo a Kutná Hora sale desde la estación central de Praga, Hlavní Nádrazi, y el viaje dura aproximadamente una hora.

CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE TEREZIN

Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis ocuparon esta ciudad militar y establecieron allí un campo de concentración. Encerraron ahí a casi 150.000 judíos, la gran mayoría de origen checo, de los cuales muchos murieron y otros fueron enviados a campos de exterminio como Auschwitz o Treblinka.

En la actualidad este campo se ha convertido en un museo en recuerdo a las víctimas, en el que se puede visitar una exposición sobre la ocupación nazi, los barracones, el cementerio judío, las celdas y el crematorio. Hay que tener en cuenta que se trata de una visita muy conmovedora y tal vez no apta para todo el mundo.  

En este caso la mejor manera de llegar es a través de un tour guiado con salida desde Praga, ya que tanto el tren como el autobús, llegan hasta Terezín y hay que caminar o ir en bus local hasta el campo de concentración.

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